martes, 5 de junio de 2007

La puerta de Alicia

NOTAS AL PIE



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Barthes decía que le gustaba oír lenguas que no entendía, de este modo, el popularizador del concepto 'el grado cero del lenguaje' invitaba a situarse más allá del grado cero, en ese terreno en el que la significación es algo improbable. Ése es el terreno de la música y, también, el de la lengua de los pájaros.

despuesdelaspalabras dijo...

" Ese proyecto es loco, puesto que lo imaginario es precisamente definido por su coalescencia (su engrudo), o todavía más: su poder de impregnación: nada, de la imagen, puede ser olvidado; una memoria extenuante impide abandonar a voluntad el amor, en suma, habitarlo sabiamente, razonablemente. Puedo muy bien imaginar procedimientos para obtener la circunscripción de mis placeres (convertir la escasez de frecuentación en lujo de la relación, a la manera epicúrea; o, más aún, considerar al otro como perdido, y por lo tanto experimentar, cada vez que el vuelve, el alivio de una resurrección), pero es un vano trabajo: la miseria amorosa es indisoluble; se debe sufrir o salirse: arreglar es imposible (el amor no es didáctico ni reformista). "
Circunscribir. Roland Barthes.